El Enso en Japón es un círculo pintado utilizando la misma técnica del Sumi-e o del Shodo. También se le conoce como círculo Zen, ya que es una expresión de la disciplina y la visión espiritual de los monjes Zen.
Para crear un círculo Enso el monje Zen toma un pincel grande lleno de tinta mientras contempla un papel en blanco, su actitud mental y corporal debe ser la misma que cuando hace meditación sentado (Zazen). En un decisivo "momento perfecto", el monje plasma rápidamente el círculo sobre el papel, con un sólo trazo del pincel y en una fracción de segundo. El círculo creado contiene tanto la perfección del momento expresivo como las imperfecciones de la tinta, la hoja y el pincel.
La armonía en la forma de un Enso muestra claramente el nivel de profundidad espiritual que ha alcanzado el monje.
El Enso es un símbolo muy antiguo y puede ser considerado como uno de los símbolos "supremos" del Zen, un círculo de Iluminación.
El Shinjinmei, escrito en el siglo sexto, se refiere al Gran Camino del Zen de la siguiente forma: "Un círculo como un vasto espacio, al que no le falta nada y al que no le sobra nada", y esta frase se usa frecuentemente como inscripción en las pinturas de círculos Enso.
Cuando se toma más profundamente, el círculo simboliza el vacío de la nada, el círculo de la vida y la totalidad del espíritu. Aún más profundo es la representación del círculo como el momento de iluminación (Satori en el Zen), el momento en el que la mente es lo suficientemente libre para dejar al cuerpo o al espíritu crear, el momento en que la perfección del círculo es atrapada en el vacío del papel, y el momento del caos que es creación.
El Enso es pintado (o escrito) en una forma que no es exactamente perfecta desde la perspectiva matemática. El Enso es creado por la mano humana, y por lo tanto es perfecto tal y como es. Realizado por el estado mental del pintor. Se puede pintar un poderoso y bien balanceado Enso sólo si la mente está clara y libre de pensamientos e intenciones. Es el verdadero momento del vacío dentro de la totalidad. Es el reflejo del estado de armonía interna.
Una característica importante del círculo Enso es que nunca es un círculo cerrado. Siempre hay una ligera abertura en algún lugar, indicando que no es algo contenido en sí mismo, sino que en lugar de eso se expande hacia el espacio, hacia el infinito, abarcándolo todo e incluyéndolo todo. Es un círculo que incorpora la armonía completa.
Pero el Enso también es el símbolo de lo visible y lo no visible. Representa el pensamiento no-dual, la unidad, "el Todo es igual que el Uno". La expresión de toda la mente y la no-mente. Su vacío contiene la totalidad absoluta, la simplicidad, la completitud, la infinitud, la perfección.
Según la tradición Zen, el Enso es la representación de nuestro verdadero Yo, de nuestro real Ser. El Yo es un círculo Enso pintado en el vacío de la no-mente.
El Enso es la imagen del Cielo y de la Tierra, de los diarios ires y venires, de las estaciones, de la vida. Pintado con un ràpido trazo; seguro pero humilde; grueso pero lleno de bondad.
Es tan perfecto, que tiene el poder de liberar y transformar al que lo contempla con claridad. Y la sensación que produce es indescriptible. Por eso se le conoce como círculo de iluminación. Solamente el lenguaje poético se puede aproximar a la profunda e inexpresable verdad contenida en el Enso.

No hay comentarios:
Publicar un comentario